Fue nuestro primer destino en el viaje y me encantó. Hicimos allí nuestras tres primeras noches. Es un pequeño pueblo, presidido por un castillo impresionante, menos famoso que otros de la zona y que nos quedamos sin ver por dentro, aunque quien sabe si algún día volveremos.
Me sorpendió la cantidad de gente que se veía el domingo por la mañana, día de mercado, mientras que el sábado a las diez de la noche no había un alma por sus calles.
Aquí dejo una foto nocturna del castillo de Langeais